Muchas
veces hemos visto la propaganda de esta campaña que comenzó en el 2000
impulsada por RNE y la Fundación Crecer Jugando. Hoy me he acordado de esas
campañas que antaño veía por la televisión y que hoy he vivido algo parecido en
mis propias carnes. Como ya sabéis los que me seguís cada día, he vuelto a
Asunción y al comedor para niños de la calle (no les gusta que les llamen así),
que tienen las hermanas de San José de Cluny cerca de la costanera. El caso es
que hoy se ha organizado en el comedor una feria del juguete.

Las
profes y las hermanas numeraron cada juguete y como en cualquier tómbola
hicieron números para cada premio. Separados por varones y nenas, casi 100
juguetes esperaban ansiosos recibir a sus dueños e imaginaros los dueños como
estaban. Antes de comer, tumbados en el suelo, miraban por las rendijas del
garaje por si sus ojitos podían descubrir qué números correspondían a cada
juguete en la oscuridad.


Yo
me moría de la risa como estos enanos discurren las trampas y artificios sin
necesidad de esforzarse.

Hubo
un pequeño error de comunicación y se le pusieron los números a los juguetes
equivocados, unos que estaban ya bastante viejitos, pero ellos estaban tan
ansiosos y contentos por el regalo, que aunque fueran algunos rotos o
incompletos, la alegría era la misma: cantimploras, carteras, mochilas, robots,
coches, etc.
Al
final el pie de micro sigue durmiendo en el garaje junto con la ilusión de
Belén en que algún día sea suyo, como otras niñas, piensa ser una cantante
famosa y por qué no éste, el comedor, puede ser su primer escenario.

pd: yo los veía contentos con una simple dentadura de plástico y pensaba...yo,que en mis navidades contaba más de cien regalos, que tenía un escaparate de juguetería sólo para mi....yo que ahora los veo a ellos con una centésima parte de todo lo que yo he tenido y que ahora adorna cajas y cajas en un desván...
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