CAPÍTULO
62: LA INCREÍBLE NATURALEZA DEL CHACO
Es
una región árida, sin embargo, su tierra es tan buena y valiosa para la
agricultura y la ganadería como el oro. Un sin fín de animales de todo tipo
habitan sus bosques y estepas. Muchos de ellos los he visto antes en España,
otros, sin embargo son tan raros y originales como los de los documentales de naturaleza salvaje.
El
Chaco nunca está en silencio, el Chaco siempre es un bullir de cantos y
gorgoteos, de sonidos secos o chillidos, de cantos y conversaciones infinitas
de una naturaleza que cada día está más viva. No existe el silencio ni de día
ni de noche ,cuando sapos del tamaño de tres puños y el peso de un libro de
física, recorren la arena en busca de las incautas moscas que se ven atraídas
por la luz.
Ya
os he hablado de las luciérnagas o estrellas de la noche y también del tamaño
de las arañas por aquí, pero todavía no os he hablado de los pájaros.
Los
pájaros son los reyes de estos parajes: cotorras, alonsitos,
cardenales....todos ellos a coro pero sin director ni concierto alguno dan
rienda suelta a toda clase de actividades: muchas veces se ven las bandadas de
cotorras que surcan a gran velocidad los
cielos dejando tras de sí una estela verde reflejo de sus plumas. Los
Alonsitos, sin embargo, son trabajadores de sol a sol que esperan a la lluvia o
en las orillas de los tajamares, para recoger el barro con el que forman sus
nidos (realmente muy parecidos a las famosas construcciones de adobe). Los
cardenales, hacen honor a su nombre luciendo en su cabeza entera un color rojo
tan llamativo que parece que su cabeza entera está cubierta de sangre; hay
además pájaros como cuervos en miniatura negros azabache que brillan como
envueltos en aceite y otros muy pequeños de color canela pero que sin embargo
tienen el diafragma de una avestruz y su canto se escucha tan potente como
ampliado por un micrófono.
Si
paseas por la ruta, verás que el asfalto está cercado por aves carroñeras que
esperan a que algún animal muera atropellado para darse un buen festín.
Aguilas, aguiluchos, barrulleros, calandrias, camineras, carpinteros ,
capuchinos....allá donde mires encontrarás un nido en un poste de la luz,
encima de un tejado, sobre una rama, dentro de un palo, en un cable, en el
entretecho....y todos ellos conviven aquí con los niños y es sólo cuando estos
salen al recreo que parece que los pájaros desaparecen entre sus risas y
gritos.
Aunque
el Chaco es una zona extensa con diversidad de climas y relieves, es cierto que
la gran mayoría son extensiones semiáridas en las que las aguas son
subterráneas (por ejemplo en el internado hay grandes pozos de agua salada) o
acumulaciones de la lluvia en tajamares, tanques, etc. por eso que a mi que
vengo de ciudad de mar, se me hacen tan extraños los peces de la zona. Para
empezar sobreviven en los tajamares y el cómo llegaron ahí para mi es toda una
incógnita teniendo en cuenta que dependen de las lluvias para subsistir y
muchas veces se secan. Otra cosa que me asombra es la variedad de pescado que
hay siendo el más común, lo que llaman aquí bujarrita, que es un pescado de
pequeño tamaño que muchas veces se pesca
para que sirva como cebo; pero también hay pesacados de tamaño mediano y grande
que se parecen a cariocas o mújeles de aspecto fiero y dientes afilados.
El
otro día me contaba el director Aníbal (hermano de La Salle que de pequeño era alumno del internado) que
a veces, era peligroso bañarse en el tajamar (no había duchas entonces) porque
a más de uno cuando metía la mano, se le enganchaba algún pez hambriento.
He de
deciros que yo era bastante escéptica a comer este tipo de pescado pero que la
hermana Eulalia lo prepara tan rico, que me recuerda a la merluza frita que
hace mi abuela en casa: crujiente y doradito con un gran sabor y enharinado,
todo sería genial si no fuera por la cantidad de espinas grandes y pequeñas que
tiene entre la carne y hacen que cada bocado sea una especie de ruleta rusa.
Saltamontes,
grillos, hormigas del tamaño de langostas, libélulas, mosquitos (muchos, pero
muchos mosquitos), ciempiés, orugas...toda clase de bichos e insectos que harían
las delicias de Fran de la Jungla y otros como él.
A la
hermana Vicenta le apasionan los animales y sobretodo los pajaritos y a
cualquier hora del día viene a buscarme para que inmortalice alguno, la verdad
es que cada cosa que descubro de este sitio me apasiona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario