jueves, 19 de septiembre de 2013

CAPÍTULO 70: HOY HA SIDO UN DÍA RARO, RARO, RARO




Todo empezó con una bolsa misteriosa. Uno de los niños, Zacarías, traía en su mano una bolsa azul con algo de pequeño tamaño dentro. Me lo ofreció para mirar sonriente y contento: ¡tengo un regalo!. Asomé la cabeza por la bolsa y descubrí cual era el regalo: UN PÁJARO MUERTO, desplumado, despellejado y con todos sus órganos sujetos aún por el esqueleto y medio ojo abierto. El olor a carne muerta subió por la bolsa y por mi nariz justo después de desayunar e inmediatamente una arcada subió por mi faringe...¡¿Qué haces con eso Zacarías?!¡¿Quién lo mató?!
Zacarías , que estaba todo contento con su tesoro me respondió: "Es para que me lo cocine la rubia (la cocinera), yo lo desplumé". Me quedé pálida, realmente estaba contento de su caza porque sería, seguramente, su cena. Al parecer un niño de apenas 3 años que lo acompañaba esta mañana al comedor, le había propinado al pájaro semejante patada que le había abierto una brecha en el cuello y el pájaro había muerto. Entre ese pequeño, Zacarías y Sergio lo habían desplumado y despellejado para traerlo y cocinarlo por el camino. Inmediatamente le di descanso al pobre pajarito que aún tenía cara de sufrimiento, en la papelera del patio procurando enterrarlo lo más arriba posible para que no lo rescataran de entre los escombros. Para mis sorpresa, cuando se lo conté a las hermanas me dijeron que esos pájaros se comían aquí y que estaban muy ricos. Diferencias culturales y gastronómicas supongo, no puedo hacer más comentarios.
Ese niño que supuestamente mató al pajarito, es un pequeño de apenas 3 años que no habla pero que siempre está pegando a los demás y tirado por el suelo como un gato. Tiene unos ojos preciosos, pero cuando sonríe toda esa belleza se esfuma de golpe. Tiene todos los dientes de arriba comidos por las caries, apenas se le ven espacios blancos entre esa carcoma marrón que hacia la zona donde debían estar las muelas, se vuelve negra como el azabache. Le preguntamos a Zacarías cómo había traído a ese niño: "Él me siguió." -"¿Y su mamá"- "Es una señora"
Ahí acabó la conversación porque no pudimos sacarle más información al pequeño sobre la procedencia de ese niño. Yo lo había visto más veces por el comedor, pero pensé que era de una de tantas madres que muchas veces acompañan a sus hijos o se acercan a comer. "Es mucha responsabilidad Zacarías, ¿y si le pasa algo por el camino?¿y si su mamá no sabe que está aquí?, tú no eres su papá, ya tendrás muchos años para eso."
"Si soy su papá" dijo riéndose. Por mucho que se ría y que biológicamente estos niños no tengan cargas paternales de momento, estoy segura que en el fondo de su corazón se trajo a ese pequeño porque sentía la responsabilidad de hacerlo, porque si está aquí toda la mañana sin que la mamá se percate....¿qué sería de él en la calle?. Lo más triste de todos es que sí, estos niños y niñas son papás y mamás desde antes incluso de saber que son niños...

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