Todo
empezó con una bolsa misteriosa. Uno de los niños, Zacarías, traía en su mano
una bolsa azul con algo de pequeño tamaño dentro. Me lo ofreció para mirar sonriente
y contento: ¡tengo un regalo!. Asomé la cabeza por la bolsa y descubrí cual era
el regalo: UN PÁJARO MUERTO, desplumado, despellejado y con todos sus órganos
sujetos aún por el esqueleto y medio ojo abierto. El olor a carne muerta subió
por la bolsa y por mi nariz justo después de desayunar e inmediatamente una
arcada subió por mi faringe...¡¿Qué haces con eso Zacarías?!¡¿Quién lo mató?!
Zacarías
, que estaba todo contento con su tesoro me respondió: "Es para que me lo
cocine la rubia (la cocinera), yo lo desplumé". Me quedé pálida, realmente
estaba contento de su caza porque sería, seguramente, su cena. Al parecer un
niño de apenas 3 años que lo acompañaba esta mañana al comedor, le había
propinado al pájaro semejante patada que le había abierto una brecha en el
cuello y el pájaro había muerto. Entre ese pequeño, Zacarías y Sergio lo habían
desplumado y despellejado para traerlo y cocinarlo por el camino.
Inmediatamente le di descanso al pobre pajarito que aún tenía cara de
sufrimiento, en la papelera del patio procurando enterrarlo lo más arriba
posible para que no lo rescataran de entre los escombros. Para mis sorpresa,
cuando se lo conté a las hermanas me dijeron que esos pájaros se comían aquí y
que estaban muy ricos. Diferencias culturales y gastronómicas supongo, no puedo
hacer más comentarios.
Ese
niño que supuestamente mató al pajarito, es un pequeño de apenas 3 años que no
habla pero que siempre está pegando a los demás y tirado por el suelo como un
gato. Tiene unos ojos preciosos, pero cuando sonríe toda esa belleza se esfuma
de golpe. Tiene todos los dientes de arriba comidos por las caries, apenas se
le ven espacios blancos entre esa carcoma marrón que hacia la zona donde debían
estar las muelas, se vuelve negra como el azabache. Le preguntamos a Zacarías
cómo había traído a ese niño: "Él me siguió." -"¿Y su
mamá"- "Es una señora"
Ahí
acabó la conversación porque no pudimos sacarle más información al pequeño
sobre la procedencia de ese niño. Yo lo había visto más veces por el comedor,
pero pensé que era de una de tantas madres que muchas veces acompañan a sus
hijos o se acercan a comer. "Es mucha responsabilidad Zacarías, ¿y si le
pasa algo por el camino?¿y si su mamá no sabe que está aquí?, tú no eres su
papá, ya tendrás muchos años para eso."
"Si
soy su papá" dijo riéndose. Por mucho que se ría y que biológicamente
estos niños no tengan cargas paternales de momento, estoy segura que en el
fondo de su corazón se trajo a ese pequeño porque sentía la responsabilidad de
hacerlo, porque si está aquí toda la mañana sin que la mamá se percate....¿qué
sería de él en la calle?. Lo más triste de todos es que sí, estos niños y niñas
son papás y mamás desde antes incluso de saber que son niños...
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