domingo, 11 de agosto de 2013

CAPÍTULO 34. PEDERASTIA CONSENTIDA Y EL PELIGRO DE FACEBOOK


Desde que llegué aqui hace ya casi un mes, me encuentro todos los días hablando con las profesoras sobre algún abuso que han recibido las niñas o niños: de sus padrastros, hermanos o desconocidos. Desde el caso de Monira, una chica que me contó que su madre la había repudiado después de advertirle que su pareja tenía intenciones de forzarla, hasta niñas que trabajan en casas de amigos de sus padres cuidando de los más pequeños pero encerradas todo el día en una misma "pieza" (habitación) con el hombre de la casa. El caso que más me impactó fue el de una pequeña que trabajaba con sus padres en el semáforo de la esquina vendiendo ítems. La pequeña se crió en esa esquina convirtiéndola en su medio de vida, hasta que un día debió darse cuenta de que vender caramelos era menos lucrativo que prostituirse: con 9 o 10 años se ofrecía a los hombres que paraban en ese semáforo por una cantidad que no llega ni a los 2 euros y a hombres de cualquier edad y condición. Lo peor de la historia es que sus padres tenemos la certeza de que lo sabían... desgraciadamente aquí los muñecos duran menos de lo que lo hacen los chupetes...
Como ya sabéis, este viernes tuvimos el caso de Boni que con 13 años no sabía si estaba embarazada. Análisis médicos no dan positivo en cuanto a embarazo pero si se detectó una infección genital importante, por lo que mañana tenemos que llevarla a hacer más estudios. Os he de contar más detenidamente cómo fue el momento de la verdad, cuando el médico sostenía en sus manos los análisis que podrían convertirla en madre adolescente: íbamos la pequeña Boni, su mejor amiga Inés (12 años) y yo. Antes de entrar en la consulta a las pequeñas de los nervios les dio un ataque de risa incontrolable porque iban en zapatillas de andar por casa (inocencia ha pesar de todo, son niñas). Al entrar en la consulta, la pequeña Inés se distrajo con un crucigrama pero en seguida Boni la retó (riñó) para que se pegara a ella; mientras escuchábamos al doctor Inés tenía las manos juntas, rezando con los ojos concentrados en los análisis y susurrando con un quejido casi inaudible; mientras Boni, no era capaz de mirar al médico a la cara. Cuando el médico nos dijo que los análisis no mostraban que estuviera embarazada, Inés saltó literalmente de alegría (os lo juro) nunca había visto una sonrisa tan sincera, se le veían todos los dientes y las encías y sus ojos se convirtieron en pequeñas piscinas.
Contentas y desahogadas volvimos, pero preocupadas aún por su infección. En el camino las invité a un pincho moruno y tras eso caminamos de vuelta a casa. En un segundo se me dio por mirar a la derecha y vi una pequeña capilla blanca inmaculada y vacía sólo iluminada por el calor de las velas recién encendidas, las niñas que iban de mi mano también se pararon en seco como atraídas por esa luz amarillenta. Sin dudarlo entramos y les dije que rezaran, que le dieran gracias a Dios por lo que acababa de pasar y que le pidieran que las protegiera para que no se repitiera. Terminé mis pensamientos y miré a mi izquierda, ellas seguían postradas inmóviles como estatuas y abstraídas con los ojitos cerrados y apretados con fuerza. ¡Angelitos míos! sonreí sin poder evitarlo. De pronto el párroco se acercó y nos dio una bendición y una botella de agua bendita que se apresuraron a beber como si llevaran 40 días sedientas. Charlando de vuelta a casa, Boni de repente me dijo: ¡Quiero ir a misa!, me quedé sorprendida porque ni yo pensaba ir después de un día tan duro y ella no es precisamente la niña más devota del comedor. Siguió hablando: "A partir de ahora, voy a ir todos los sábados y los domingos a misa y ya no voy a volver a hacer lo que hice" , una sensación de orgullo me invadió por dentro porque a pesar de su inmadurez había recibido el mensaje: "ya tendré tiempo para todo cuando sea mayor". Casi llegando a casa se contaban la una a la otra por qué habían pedido en sus oraciones: Inés dijo que no había pedido por ella sino por su amiga para que no volviera a tener relaciones y encontrara un buen camino; Boni dijo que no había rezado por ella sino por mí, para que encontrara un trabajo donde ganara suficiente plata para quedarme y estar con ellas (como no vas a emocionarte al escuchar algo así), Finalmente descubrimos que ninguna había rezado por sí misma, pues yo había rezado por ellas para que no se perdieran por el camino, para que siguieran siendo niñas y que su vida fuera ejemplo para las demás...Ese día fue largo pero tan completo, tantas sensaciones y sentimientos del dolor al miedo y a la alegría y orgullo tan extremos que me cuesta recordarlo sin que se me enjuaguen los ojos... ÚNICO.
Pero como os decía en el título del capítulo la pederastia y el peligro de Facebook para niñas que tienen tan poco conocimiento y sufren de tantas carencias emocionales, es verdaderamente preocupante. Ayer Nila, otra de las adolescentes que son sexualmente activas del comedor me preguntó: "¿Sabes leer en inglés? porque un amigo mío me mandó un mensaje y no lo entiendo". Empecé a leer y mis náuseas iban en aumento, en una traducción literal, ésto era el principio del atroz mensaje: "Me gustan las tetas bonitas y pequeñas, los culitos duros y las vaginas vírgenes, los coñitos como el tuyo...me gustaría comerte todo tu pussy y todo tu cuerpo". Nila se quedó ojiplática, me dijo asustada que era un hombre que la había agregado por el Facebook y pedido el tlfn, ella en un acto de inconsciencia se lo dio y éste es el resultado. 
Creo que no hace falta que haga comentarios al respecto, pero los voy a hacer de todos modos¡CERDOS ASQUEROSOS HIJOS DE ......! ¡QUÉ POCO HOMBRES SOIS QUE TENÉIS QUE CONQUISTAR A UNA NIÑA PARA QUE SENTIR QUE TENÉIS PENE! 
Juro que lucharé para encontraros y cortaros lo poco de virilidad que podáis tener para dárselo de comer a tigres hambrientos, esperaré que lo defequen y los restos los tiraré al pozo más profundo a ver si llegan antes al infierno del que salisteis! 
Y niñas del mundo, no seáis tontas, no vais a encontrar al amor de vuestra vida en un hombre que os respeta tan poco, no os dejéis embaucar, haceros respetar y querer y pensad que esos que hoy os hablan como prostitutas son enfermos y asquerosos deshechos sociales que jamás os harán ningún bien.
pd: Para vuestra información, éstas son NIÑAS y no JUGUETES. 

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