Hoy toca ración doble de capítulo como la de patatas en un burguer, lo cierto es que no podía esperar a mañana para contaros esto:
El otro día, paseando por las calles de Asunción entré en
una pequeña agencia de viajes para preguntar cuánto valía el pasaje para ir a
las Cataratas de Iguazú. Como pasa muchas veces, nos pusimos a hablar de la
vida de cada uno y me sorprendió escuchar que era un hombre con carrera de
finanzas, que había estado becado en Italia igual que yo y que adoraba viajar y
la cultura en general. Este hombre de apellido Ortiz, me contó una realidad
bien distinta de la que yo estoy acostumbrada a escuchar, me habló de que
Asunción hace poco no era como yo la veo.
Hace pocos años que este boom de inmigración del campo a la ciudad trajo
consigo toda una nueva realidad social que quizás nadie supo manejar con
certeza.
“Todo empezó cuando el ex presidente Lugo, comenzó a dar ayudas sociales a las
familias que se instalaban en los terrenos fiscales del río” Ortiz cuenta que
hasta hace dos años no había cartoneros ni recicladores y que estaba mal visto
que la mujer y los niños trabajaran en la calle “Un hombre no permitía que su
familia estuviera por la calle, que sus hijos pidieran y que su mujer reciclara
de sol a sol” Este hombre me cuenta con
la mirada entristecida e indignada que muchas veces es el Gobierno y muchas de
estas gentes humildes las que no quieren que se salga de esta situación “Así se
aprovechan de las ayudas externas…si viene por ejemplo la Embajada de EEUU y
ven la situación de las familias, les da dinero, fondos , al fin y al cabo pura
plata. Con este sistema se educó a la clase social más baja a no luchar
por sus necesidades sino a que todo le
viene dado. “ Ortiz vino a decir básicamente que dar pena se convirtió en un
hábito, que se acostumbraron al “dame esto, dame lo otro que yo soy pobre y no
lo tengo” Me vino a la mente un momento cuando uno de los niños me dijo:
“cuando te vayas me regalas este pañuelo, ¿verdad?. (en realidad todos los días
me hacen este tipo de “sugerencias”Empezaron a surgir en mí sentimientos contradictorios,
dudas y una especie de bronca que me recorrió el cuerpo pensando que si tan
sólo una de esas palabras fuese verdad, sentiría que mi labor aquí y de todo el
que ayuda es en parte un gran engaño orquestado. Paso, pienso y reflexiono
mientras éste hombre me da el titular que tanto esperaba : “El socialismo de Lugo creó la clase obrera de la limosna”.
Obviamente mi trabajo como periodista es mantener la mayor objetividad posible,
pero no puedo evitar como persona que me afecte. La verdad de esta situación no
la voy a decidir yo ni el señor Ortiz, ni Irma la madre coraje que pasó de niña
rica a niña pobre, sino que cada uno saque con toda la información que se le
brinda, sus propias conclusiones. Pero quizás si ésta realidad de la que me
habla el señor Ortiz, fuese en parte cierta, empezaría a comprender el por qué
de ese conformismo en la pobreza, el por qué de tener hijos sin ton ni son, el
por qué de ver que un niño pida con su hermano de meses en brazos limosna de la
mañana a la noche. ¿El negocio de la pobreza? No es nada nuevo si nos paramos a
pensar, pero estos niños¿ crecen en ese contexto? ¿normalizan una situación tan
extrema sólo porque sus padres les educaron a que de esta manera se puede ganar
uno la vida?¿son conscientes del engaño? ¿son cómplices de la pobreza? ¿es la pobreza lucrativa?¿cómo aprendes a valorar algo si te lo regalan?
Ese tipo de preguntas invadían mi
mente cuando regresaba a casa. Al día siguiente, sin poder dejar de pensar en ello corrí a
comentárselo a las profes. Lily me dijo, como ya me suponía, que todo el mundo
cuenta la feria como le va en ella y muchos desprecian el socialismo de Lugo
por ser de otro color político y que no se puede generalizar. No es que no haya
quien se aproveche o se acomode mejor dicho en su situación de pobreza porque
le es más fácil que otras vías que requieren más esfuerzo y sacrificio, pero
que la gente necesita esas ayudas para vivir.Que las familias que atienden en
el comedor son realmente necesitadas cada una dentro de su miseria.
Ambas versiones de la historia son
a mi entender realidades desde un punto de vista personal y subjetivo, aunque
sí que es cierto que desde entonces cada vez que uno de los niños me dice que
le regale algo, no puedo evitar mirarlo con recelo…perdóname padre si he
pecado.
pd: En una cosa en la que coinciden todas las versiones es que gran parte del dinero para solucionar la pobreza del Paraguay lo han ido chupando unos y otros sin dejar rastro, es una verdad consensuada que el choriceo político en Paraguay es tan real como la vida misma. Como en España, rezan aquí también que venga el que menos robe....
pd2: Otra pregunta que muchos se hacen, ¿para qué sirve la Secretaría Nacional de la Niñez? linda tapadera para seguir robando...
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