viernes, 16 de agosto de 2013

CAPÍTULO 37:¿ CARTÉS PRESIDENTE?¡DE ESO NADA!¡EL DÍA DEL NIÑO!
















15 de agosto toma de posesión del Presidente Horacio Cartés en el palacio de Gobierno de Asunción. Pero a los niños ni les importa, los helicópteros y politiqueos no son para ellos, ellos están en otra, hoy se celebra el ¡día del niño!. Una hora antes de lo habitual, a las 8 am, ya llevan tiempo las cabecitas asomando por el portón de entrada. Una gran chocolatada para empezar un día de sorpresas y ¡manos a la obra!. 
Hoy les espera una jornada aún más intensa que la del propio presidente de 8,30 a 10:00 Gala de los talentos y entrega de los diplomas de la “Semana de la Comunicación”. De 10:00 a 11:30 unos voluntarios han traído para ellos animaciones musicales y un show con marionetas y escenario incluido. A la hora de la comida “Pechufri” (Empresa de pollo frito) ha traído una cocinera con carrito para hacernos la comida; una tarta del día del niño traída por más voluntarios cierra el turno de comidas. Pero ahí no acaba todo, por la tarde a las 17:00 les espera Alicia, la profe de danza para vestirlos y acudir al festival que se celebra en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción tras la misa de las 19:00.
¡Dios Santo!, sólo con el programa ya me agoto de pensar todo lo que hicimos ayer. Vamos por partes: la gala de los talentos empezó de forma algo caótica, nuestro micrófono se dio a la fuga, las bailarinas no estaban seguras de salir al escenario y la tinta no dio para imprimir todos los diplomas. Gracias a que nuestros amigos del show de marionetas y canciones traían equipo de sonido, la cosa cambió. Todos en bancos y un improvisado escenario enfrente del garaje. 
Abigail (de 10 años) soltó de carrerilla y tragándose la vergüenza, una entrada de gala que le salió perfecta. Tras ella y haciendo malabarismos para cuadrar la música, el grupo de las mayores(al que llamé de forma improvisada “las Prodigiosas” ) bailaron por Daddy Yankee y “Las peques” as siguieron coreografiando “Niño malo”. ¡Más graciosas faranbullas!¡ Tan chiquititas y con tanta soltura! No podía permitir que el talento de los “varoncitos” (como llaman aquí a los niños pequeños) quedara sin representación y además se morían de ganas por lucirse aunque les pudiera en principio la timidez; así que pusimos música hip hop y para romper el hielo hice la primera pirueta. Poco tardaron en picarse y empezaron a brincar y hacer saltos mortales. Braian imitando a Michael Jackson como si hibiera vivido en el mismísimo Rancho Neverland; Eliseo, Zacarías y Matías entre otros volaban literalmente para deleite de las niñas que se morían por cada salto que daban.
Con ese ánimo recibieron a los animadores con los que cantaron, bailaron y rieron con juegos infantiles como el clásico :” Chuchuá” o “Colón fue un hombre” . Si viérais a los adolescentes embelesados participando como los más chicos…xd. Pero la mejor parte fue el teatrillo con marionetas,  se reían, gritaban y se emocionaban como si esas manoplas cobraran vida durante la actuación.  Sus caritas eran tan indescriptibles, eran…simplemente niños de todas las edades sin diferencia de sexo o edad disfrutando como enanos.
Tras el teatrillo llegó el caos, como siempre, por la comida. Hambrientos por tantas emociones y expectantes por la singular comida (una pechuga de pollo rebozada pinchada en un palo como un pincho moruno), se empujaban para entrar. 
Es increíble y machista la falta que hace un hombre en ciertas ocasiones: como un soldado en la puerta, el marido de una de las voluntarias puso orden con su varonil y firme voz. Sólo su sombra ya les ponía firmes y consiguió hacer reinar de nuevo la paz. En dos agotadores turnos comieron cerca de 170 personas entre niños, algunas mamás y los voluntarios e invitados (nota mental: hacer bendecir la mesa a semejante marea humana de chiquillos no es nada fácil). 
La hermana Esther, la psicóloga Rocío, la trabajadora social Lily, las voluntarias y yo…¡parecíamos zombis comiendo! No había fuerza natural o sobrenatural en el mundo que nos hiciera levantarnos de la mesa. Finalizada la comilona y la limpieza, se abrió el portón (para nosotras como quien abre las puertas del cielo) y en minutos el patio quedó tan desierto, que ni Aramís Fuster hubiera adivinado la que allí se lió en la mañana.
Esperábamos a los niños que iban a actuar a las 5 de la tarde para empezar a vestirlos, pero eran las 4 y 10 y¡ ya sonaba el timbre! Pero…¿Cómo les dio tempo a ir y volver? ¿ Que pasó, hicieron pis y vuelta? ¡No nos lo creíamos! Fue una mezcla de sentimientos total, por una parte el escuchar “¿Quién es?” “ ¡Nosotros!” fue tan dulce que me conmovió, pero por otra parte ¡ni el café nos dio tiempo a tomar casi y el portón de la calle ya se estaba apunto de caer con los golpes! OLAYAAAAAA (gritaban) HERMANAAAAAA (otros). Excitadíisimos por los juegos de la mañana , nerviosos por su actuación y por le día en general, entraron en tropel como una manada de reses locas en busca de prado verde y fresco. Faldas, blusas, fajines, cinturones, zapatos…todo el vestuario para el baile volaba de lado a otro del comedor, que convertido en un improvisado vestuario gigante, albergaba a todos estos talentos en preparación. 
 Las niñas peinadas y maquilladas ellas mismas parecían princesas lugareñas con sus trajes típicos, los cántaros y los canastos con flores; ellos con sombrero de paja y una mini fusta de cuero, eran elegantes caballeritos. Una imagen idílica sino fueran niños, porque se pegaban con la fusta, andaban en bici con el traje puesto, se tiraban los sombreros….Al fin y al cabo…ayer era su día y de verdad eran NIÑOS FELICES debajo del cartel del comedor que dice así : Centro de Desarrollo Integral NIÑO Y NIÑA FELIZ. Amén , porque así era.
Unos últimos consejos de la profe de danza , Alicia, y andando (literalmente) hasta la parroquia. Los caminos de tierra y piedras no ayudaban demasiado a mantener el orden y acabamos llegando en grupitos cuando ya era de noche cerrada. No hubo tiempo de entrar en misa, ya había empezado, así que esperamos en bancos de madera fuera en frente de escenario: los nervios y el frío (cerca de 6 grados) hicieron de los paseos al baño una constante. 
Terminó la misa y empezaron a agitarse, la presentación se demoró un rato y la Hermana Gloria hizo las veces de camarógrafa mientras yo no me perdía detalle foto a foto. Primero las chiquitas increíblemente adorables; tras ellas las mayores con algún que otro tropiezo no demasiado importante y como no los varones hicieron las delicias del público femenino con su arte. 
Para terminar balaron por parejas y ¿qué os voy a decir? ME LOS COMÍA!!!! Me sentí tan orgullosa como mi madre cuando nos veía actuar a mi hermana y a mi de niñas en el cole…entendí su emoción perfectamente. 
Tan emocionada estaba que hasta me caí en un intento de sacar las mejores fotos (por lo menos sirvió para que ellos sonrieran). 
Los últimos acordes sonaron y todos juntos subieron al escenario para saludar al público como auténticos profesionales (no era un público bueno, no animaban, no aplaudían…pero nosotros nos bastábamos para hacerles sentir cálidos ahí arriba).
Otros grupos subieron para amenizar la velada pero nuestros niños ya no estaban para historias ¡TENÍAN HAMBRE DE NUEVO! Como leones se abalanzaron sobre la hermana Esther que pudo comprarles unas empanadas y tortitas de queso. 

Debimos de formar espolio semejante y los niños parecer tan hambrientos (llevaban todo el día comiendo ,pero son sacos sin fondo alguno), que la organización de la parroquia les regaló dos bandejas de perritos calientes (panchos) que la hermana Esther sujetaba con cara de pánico mientras esperaba que no se la comieran a ella también. 



De esa guisa volvimos con más frío y más oscuridad a casa, donde de nuevo en el comedor convertido en un vestuario improvisado se transformaron en nuestros pequeños de todos los días.
A las 8 y algo se cerró por fin el portón y el día del niño llegó a su fin (si llega a durar más a nosotras nos recogen los GEOS en helicóptero). 
Por cierto, y la toma de posesión de un presidente corrupto, ex narcotraficante y su celebración por los representantes internacionales (entre los que se encontraban los Príncipes de Asturias) ¿a quién le importa? A mis niños y a mi , por lo menos, ni lo más mínimo, para nosotros era y será siempre recordado como EL DÍA DEL NIÑO MÁS COMPLETO DE TODOS LOS TIEMPOS. J




No hay comentarios:

Publicar un comentario